Majestic Antiage: Un paso más en prevención en el cuidado del sistema visual
Majestic Antiage la primera tecnología que filtra la
radiación infrarroja IR retrasando el envejecimiento de la piel en el contorno
de tus ojos. Protección total frente a los efectos nocivos del sol, la
iluminación artificial y las pantallas de los dispositivos digitales.
Son varios los factores que
intervienen en la problemática a la que el sistema visual se enfrenta en estos
días: los cambios de hábitos alimentarios, la reducción en las horas de sueño,
la lectura realizada mayoritariamente a través de dispositivos digitales, el
tipo de iluminación ambiental e incluso la mayor expectativa de vida de la
población hacen que el ejercicio de mirar se haya convertido en una tarea mucho
más ardua y exigida.
Durante los últimos tres años se
ha tratado de concientizar a la población sobre los efectos nocivos de la
radiación ultravioleta y la zona más nociva y energética del espectro visible,
la luz azul-violeta, mostrando cómo dichos factores vulneran al ojo aún más
frente a dichas radiaciones. Y no sólo eso. Lo que es más importante aún: cómo
estos efectos son irreversibles y acumulativos a lo largo de la vida.
La luz azul-violeta siempre estuvo
presente pero el cambio abrupto de la iluminación incandescente a la luz
blanca, junto con la aparición masiva de los dispositivos digitales ha dejado
expuesto al sistema visual a este sector del espectro a toda hora y en todo
lugar.
El cambio en el tipo de luz que
empezaban a emitir no sólo las pantallas sino también los artefactos de
iluminación creó la necesidad de hacer rever al óptico qué tipo de filtro
sería el más aconsejable e idóneo a recomendar según cada caso particular.
A partir del año 2012, los
filtros celestes que se recomendaban para usar frente a la PC o frente a
cualquier otro tipo de monitor (incandescente) pasaron a ocupar el lado opuesto
de la paleta cromática y fueron remplazados por los filtros
amarillentos, color ideal a recomendar para prevenir los efectos de la luz
blanca con altos contenidos de azul.
En este contexto, el desafío que
se planteaba era filtrar este sector del espectro (azul-violeta) sin alterar la
percepción del color. Esto dio origen, desde el año 2013, a los primeros
tratamientos de reducción del azul-violeta incorporados al coating de las
lentes oftálmicas con un color residual de similares características para que,
por reflexión, se logre reducir la entrada de dichas longitudes de onda.
Poco tiempo después surgen nuevas
tecnologías que, por poseer en su masa elementos filtrantes, logran cortar en
un más del 90% los azules violetas hasta los 420nm. Tal es el caso de las
lentes con tecnología Majestic Blue Light Cut.
De esta manera, se podría concluir
que en lo que respecta a radiación UV y HEV (espectro visible de alta energía)
este tipo de tecnología ofrece protección garantizada.
Pero… ¿qué sucede con la radiación
infrarroja? ¿Cuánto hace que no escuchamos hablar sobre la radiación infrarroja
y sus efectos en la visión?
Así como la problemática de la luz
azul violeta es conocida desde hace muchos años (ya en 1937 Rayban presentaba
sus lentes Kalicrom de un amarillo intenso para evitar las molestias de la luz
azul-violeta), debe asimismo tenerse presente que el primer lente de sol de Rayban
era un color Verde grado 3. Justamente el mismo color que encontramos en
los anteojos de seguridad para radiación infrarroja.
La radiación infrarroja está
ubicada más allá del rojo, ya en un sector no visible para el ojo humano. Se
divide en tres sectores y al igual que en la radiación UV, cada sector impacta
de forma distinta en las estructuras oculares.
IRA (780 a 1400nm.) / CERCANO / Epitelio pigmentario de la
retina, iris y cristalino
IRB (1400 a 3000nm.) / MEDIO / Epitelio corneal y
cristalino
IRC (3000 a 10000nm.) / LEJANO / Epitelio corneal
Sin embargo, no fuimos los ópticos
u oftalmólogos los que volvimos a abordar esta problemática en estos tiempos.
Fueron las empresas dermatológicas las que empezaron a incorporar la opción de
filtrar también el IR en las líneas premium de sus cremas solares, las
mayores responsables en mostrar esta problemática de esta conocida pero poco
nombrada radiación.
Hoy ya no se considera al IR como
un factor de riesgo exclusivo de aquellas actividades profesionales en la que
una persona se encuentra expuesta a la radiación infrarroja durante períodos
prolongados de tiempo. Actualmente la IR se ha instalado como tema a tener en
cuenta en materia de prevención para el cuidado y optimización del sistema
visual.
Distintos artículos
publicados durante los últimos meses son una muestra de ello.
En lo que respecta a la
piel, parpados y contorno de los ojos:
“La radiación infrarroja
representa el 40% de las radiaciones que recibimos del sol. La mayor parte se
denomina infrarroja A (IR-A) y penetra en la piel hasta una profundidad de 10
milímetros. Alcanza las capas más profundas causando pérdida de firmeza y
elasticidad y acelerando el envejecimiento cutáneo.”
En lo que respecta a las
estructuras oculares :
“Las longitudes de onda en el
infrarrojo cercano (780–1400 nm), son especialmente peligrosas para el ojo
humano ya que no hay un mecanismo natural de protección frente a ellas. En
estos casos, la radiación penetra hasta la retina, pero sólo nos damos cuenta
de la exposición a un valor demasiado alto de energía cuando el ojo ha sufrido
el daño.”
“Actualmente, se considera que
la radiación IR tiene como efecto principal en el cristalino un envejecimiento
acelerado, causando catarata”
“Se ha demostrado que el aumento
de estas MMP-2 cooperan en el desarrollo de la DMAE debido a la exposición
aguda o crónica a la radiación IR.”
“También debemos saber que
estas MMP colaboran en la regeneración de ulceras cornéales, contribuyen en el
tratamiento del ojo seco. Todo esto se puede ver afectado por el aumento de la
radiación IR”
“Pero cada vez se está reafirmando más la teoría de que los efectos de radiación IR prolongada son acumulativos a lo largo de la vida y que en consecuencia, es aconsejable una protección constante en la vida diaria. Por todo esto es cada vez más recomendable incorporar filtros adecuados a la vida que desarrolle cada uno.”
Debe tenerse en cuenta que más de
un 90% de las lentes de sol que se encuentran actualmente en el mercado no
filtran la radiación infrarroja (ya sean lentes económicas o de las marcas más
prestigiosas). Esto deja entrever que hay mucho para trabajar si se quiere,
desde el sector óptico, optimizar las medidas preventivas para el cuidado de la
salud visual.
Por eso es muy importante el beneficio que ofrece
Majestic Antiage al filtrar más de un 50% de los infrarrojos cercanos en lentes
transparentes. Y aún más, ya se está desarrollando la misma tecnología aplicada
a líneas solares, fotosensibles y polarizados, disponibles a partir del próximo
año dentro de la familia de productos Majestic.
Hoy, Majestic Antiage es la
primera tecnología que garantiza la mejor protección de punta a punta del
espectro. El sistema visual protegido por primera vez frente a todas las
emisiones nocivas: UV, HEV y ahora también IR en un lente transparente.
Gráfico de transmitancia de Majestic Antiage:
Además su
diseño asférico y atórico permiten disfrutar de una visión full HD.
Protección
Total
Corta el 100%
de los rayos UVB y UBA hasta 400nm.
Corta los
azules-violetas más nocivos del espectro visible HEV hasta los 420nm por
absorción en la masa del material.
Filtra más de un 50% la
radiación infrarroja cercana ente 780nm y 1400nm por reflexión
Estética y
Confort
Disminuye los
efectos negativos de la radiación infrarroja en el colágeno, retrasando el
envejecimiento de la piel en el contorno de los ojos.
Reduce el
efecto de ojos grandes en correcciones positivas y ojos pequeños en lentes
negativas.
Incoloras y
delgadas.
Antirreflejo
Premium, hidrofóbico, libre de suciedad, gotas de agua y micro rayas de
limpieza.
Visión y
Confort
Visión Full
HD.
Diseño
Asférico y Atórico.
AR Premium,
visión sin reflejos, lentes más limpias.
Tecnología
Blue Light Cut en la masa que reduce la fatiga y el esfuerzo visual.
Reduce los
efectos de la radiación IR, responsables del efecto fototérmico que incrementa
la evaporación de la lágrima provocando menor nitidez y pérdida de enfoque e
incomodidad.
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